Hoy en día y gracias a los avances de la ciencia se han descubierto numerosas propiedades de la baba del caracol como reconstituyente de tejidos gracias a los componentes que posee, a saber:
Alantoína: provoca una fuerte estimulación de la proliferación celular y la reconstrucción y reparación de tejidos. También se utiliza para eliminar las escamas de la caspa por su acción queratolítica. Se utiliza en el tratamiento de úlceras, heridas de curación lenta y quemaduras.
Colágeno: es el regenerador natural de las células, por lo que deja la piel tersa y suave.
Ácido Glicólico: Es exfoliante y favorece el peeling natural de la piel, eliminando las células muertas y reemplazándolas por nuevas. Se utiliza para eliminar manchas de la piel, estrías, cicatrices, celulitis, piel de naranja y arrugas.
Elastina: Realiza el proceso de estiramiento de la piel.
Enzimas fibrinolíticas: limpian los microcapilares favoreciendo la oxigenación y nutrición de los tejidos, favoreciendo el remodelamiento vascular adecuado.
Proteínas y vitaminas: nutren la piel, dejándola suave y tersa.
Antibióticos naturales: útiles para combatir bacterias en la piel como Eschericia Coli, Staphilococcus Aureus, Pseudomona Aeruginosa y Acné Vulgaris, previniendo afecciones a la piel.
Actualmente la utilización de la secreción del caracol en productos cosméticos está en aumento gracias a un conocimiento científico más acabado sobre sus propiedades y la masificación de ese conocimiento, lo cual ha dado lugar a una gran gama de productos cosméticos dedicados tanto al embellecimiento de la piel como a solucionar afecciones médicas.