Antiguamenbte la perdida de dientes sólo podía ser solucionada a través de protesis removibles o puentes con todos sus inconvenientes biológicos, emocionales e incomodidad, incluso en ocasiones dientes sanos adyacentes debían ser tallados (reducidos de tamaño)y sometidos a cargas no biológicas, con sus respectivos riesgos.

La perdida de uno o más dientes puede provocar que los dientes adyadentes migren (se movilicen), lo cual condiciona a cambios en la oclusión que son nocivos para los dientes remanentes, los cuales pueden sufrir fracturas de esmalte, fracturas coronarias o radiculares, alteraciones periodontales, contactos prematuros o interferencias. Esta función alterada puede provocar problemas articulares o posturales con su respectiva sintomatología (dolor de cabeza, dolor de cuello, dolor de espalda, bruxismo, etc...).

Hoy existe una verdadera solución para el reemplazo de los dientes perdidos, sin afectar los remanentes.Los implantes son raíces dentales artificiales elaborados en titanio puro o circonio. Se introducen en el hueso de los maxilares, y una vez integrados en el mismo, ofrecen una sólida base para la fijación de sus nuevos dientes. Cuando los implantes son insertados con una buena planificación, técnica quirúrgica y una rehabilitación adecuada, se consigue un 98% de oseointegración (union estable entre hueso e implante). Por eso estamos seguros de nuestro trabajo y de lo que ofrecemos.